Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘Prosa poética’

«No me preocupo, ya sé que nadie vuelve para contarlo. Pero yo sí puedo decirte que esos álamos que viste por última vez, cuando todo se agostaba, ahora vuelven a la vida. Que sus brazos te siguen achuchando como los míos…».

De esta manera, se aborda la ausencia en uno de los relatos de este maravilloso ensayo en prosa poética que, narrado por el escritor en primera persona, te introduce de lleno en el mundo de las sensaciones, las emociones y los recuerdos, hasta llegar a sentir que el amor, en toda su extensión, verdaderamente existe. La amistad, la incertidumbre, los sueños y la misma vida son abordados desde lo más íntimo con magistral belleza y exquisita ternura.

En un mundo áspero de sentimientos, sin la razón del corazón, ¿dónde quedan las personas? ¿Dónde queda la pasión?

Renglones púrpura es un viaje apasionante que te sorprenderá por la delicada sencillez con que el autor desnuda por completo sus sentimientos y describe su relación con el entorno, las personas y los animales. Le acompaña siempre su podenco Pepe Luis y una naturaleza exuberante que inunda toda la obra, no exenta de toques de humor.

Antes de nada quiero comentar un aspecto que creo muy importante al comenzar a reseñar este libro. Quiero destacar que es posiblemente una de las veces que más he tardado en leer un libro que tiene algo más de ciento cincuenta páginas, pero no porque no me gustara o se me hiciera pesado, sino por lo que lo estaba disfrutando y las ganas que tenía de que no se acabara.

Y este hecho me lleva a destacar el que para mí es quizás el rasgo más importante de este texto, que está escrito desde el corazón y que sin ninguna duda consigue llegar al corazón del lector. Es un libro para saborear lenta y pausadamente, para leer con mucha calma y sin ninguna prisa, paladeando cada uno de los breves capítulos que lo forman. Es un libro para leer y releer, recreándose en cada palabra y en cada frase de su prosa poética.

Estamos ante un libro de sentimientos y de sensaciones, en el que Manuel Sánchez Alfonso demuestra un gran virtuosismo a la hora de escribir. Con un gran manejo del lenguaje consigue no solo transmitirnos una gran variedad de sentimientos sino también que seamos capaces de recrear esos paisajes andaluces que están presentes en toda la obra, incluso algún paisaje de la España norteña, y que además nos imaginemos caminando por ellos rodeados de esa naturaleza que logra describir con gran perfección y que no se podría entender sin el protagonismo que tienen en ella tanto los animales como la vegetación y los cultivos. Y junto a esos sentimientos y recuerdos, el autor no olvida la importancia de afrontar la vida con sentido del humor, pues el texto también está salpicado de originales notas de humor, muy especialmente en los capítulos Pedo y Doña. Eva.

Es un libro sin un argumento definido, como suele ser el de una novela o una obra de teatro, pero con un hilo conductor que aparece en casi todos sus capítulos, el AMOR. Es sin ninguna duda el sentimiento que está presente en todo el libro, ya sea a través del sustantivo original o de cada uno de los términos derivados de él, pero, sobre todo, a través de su percepción y su sentimiento.

De principio a fin del libro, el AMOR se desliza entre cada línea de cada párrafo acompañado por la sensibilidad, por la belleza y por la ternura con las que Manuel escribe y describe. Los animales se humanizan en esos paisajes en los que los olivos están omnipresentes como símbolo indiscutible de las tierras andaluzas.

En Edad, «esos juguetes de plástico no cierran los ojos cuando se tumban» y «Al fondo, muy al fondo, toda una vida juntos que se apaga, que se olvida y aquella vieja cafetera avisando en la cocina… y las voces de los niños… y la muñeca rubia de la niña… y la perra… y las gallinas».

En Escarcha, «la Alhambra de Granada (…), mirándose en las acequias, se cepilla sus cabellos de fuste y engalanada de anillos se lava la cara susurrando a los cuatro vientos «No hay vencedor sino Alá»».

En Tiempo, «Cuando se cierran los postigos y se abren las conciencias, empiezan a oler a ajos y picatostes (…). Todo son recuerdos (…). Al borde la acequia, donde la corriente empuja la vida, las moras de sangre y los cerezos en flor, amarrados de la cintura, le susurran a la luna cuentos de amor y lo felices que son».

En Hedor, «Ayer me desperté sobresaltado, un aroma intenso flotaba en la habitación. Sentí ese olor que solo se presiente cuando, de repente, alguien se despide sin decir adiós. (…) es simplemente el hedor a ausencia (…). Es tan sencillo elegir entre un abrazo sentido y una corona de espinas… y, sin embargo, somos tan tercos que nos quedamos con las espinas. (…) Nunca es tarde para amar antes de que arrecie con violencia ese hedor turbio y frío.»

En Amistad, «la amistad existe, aunque al contar te sobren cuatro dedos de cada mano, y se llama amar de verdad».

En Dinero, «Eres ese mal efímero y necesario, amigo de la usura, prefiero sinceramente tenerme que tenerte».

En Lluvia, «Tan solo de pensar que llueve vida, que el laurel de la esquina y mis rosales se bañan de amor, se eriza de súbito la piel».

En Duda, «No paro de dudar, no sé con certeza dónde está el bien o su antónimo, el mal, y, de entre ellos, quién mandará. Procuro valorar las cosas con suficiente juicio y meridiana sensatez, pero créeme que aún no sé qué es lo correcto y qué no lo es. Estoy tratando de encontrar en mi interior, cuándo llevo la razón y cuándo no, he descubierto que el tiempo que el tiempo que ayer me la dio, hoy me la quita. Y ahora que no la tengo, de la noche a la mañana, una ráfaga de viento llamada nostalgia me la devuelve».

Como muestra valgan estos breves fragmentos que espero os animen a leeros el libro completo y a llegar a la misma conclusión a la que llega Manuel: «El amor existe, es el motivo que alimenta la vida y dirige los designios del verdadero ser humano».

En definitiva, un libro escrito desde el corazón y para el corazón, con una prosa que te hace sentir y emocionarte, un texto que despierta los sentidos y que, sin ninguna duda, invita a ser releído en repetidas ocasiones.

Y además un texto con moraleja final, que todo deberíamos tener siempre presente y que nadie debería olvidar nunca: «Recuerda: el amor está de tu parte, sacia tu sed de él, ¡tan solo se vive una vez!«

Read Full Post »