31 de diciembre de 1936. Miguel de Unamuno muere de forma repentina en su casa. España está en plena Guerra Civil y Salamanca es el centro de operaciones de Prensa y Propaganda de las tropas de Franco, con Millán Astray a la cabeza.
A caballo entre la crónica y la reflexión, la indagación histórica y biográfica y la recreación literaria, este libro es una apasionante pesquisa en torno a las oscuras circunstancias que rodearon la muerte de una de las figuras más controvertidas y fascinantes de la España reciente. Su punto de partida es la exhaustiva investigación llevada a cabo para la realización de la película documental Palabras para un fin del mundo, con el propósito de ampliarla, profundizar en ella e ir más allá.
El resultado es un contrarrelato que, por un lado, desmonta y desenmascara la versión oficial de los hechos, construida sobre el relato del único testigo, y, por otro, demuestra que Unamuno fue objeto de una operación propagandística por la que los sublevados pretendían apropiarse de su figura y secuestrar su memoria y su legado. Su «doble muerte» lo ha convertido en un símbolo de la defensa de la cultura frente a la barbarie y de la lucha por la libertad de la palabra.
La doble muerte de Unamuno analiza por un lado las circunstancias que rodearon la muerte física de Unamuno y por otro la instrumentalización que de la misma hicieron los sublevados y especialmente la Falange.
Tras una ardua investigación, los autores de este ensayo histórico comienzan analizando lo sucedido el 12 de octubre de 1936 en la celebración de la Fiesta de la Raza, en un acto que tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad de Salamanca y en el que Unamuno presuntamente pronunció la cita «Venceréis pero no convenceréis», aunque parece que lo que dijo realmente fue «Vencer no es convencer y hay que convencer sobre todo…». En cualquier caso, la valentía de Unamuno al pronunciar este discurso frente a Millán-Astray, provocó un choque dialéctico entre ambos con la inmediatamente posterior reacción del general, hasta el punto de que Unamuno tuvo que salir del paraninfo protegido por la mismísima Carmen Polo de Franco, que también presenciaba el acto.
Aunque hay discrepancias entre los historiadores y estudiosos sobre lo que realmente dijo Unamuno, de lo que no cabe ninguna duda es de que Don Miguel cayó en desgracia a partir de ese momento, fue destituido como Rector de la Universidad de Salamanca y pasó los últimos meses de su vida en arresto domiciliario.
Esos últimos meses de su vida, hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de 1936, son analizados en el resto del libro con una muy particular atención a su muerte el último día de 1936 y especialmente al papel que en la misma pudo jugar Bartolomé Aragón, la única persona que estaba con él cuando falleció y cuya primera reacción sospechosamente fue gritar que él no lo había matado.
Muy interesante y sospechoso es también el diagnóstico que aparecía en la partida de defunción de Unamuno, sospechosamente desaparecida después. Como defienden García Jambrina y Menchón, tras consultar a otro médico especialista, solo podría ser cierto si el médico hubiera encontrado con vida a Unamuno, algo que desmienten varios testimonios, o si se le hubiera practicado una autopsia, algo que tampoco se realizó.
Son demasiadas sombras las que rodean la muerte de Miguel de Unamuno y muchas incógnitas muy difíciles de resolver después de la manipulación partidista que hizo el bando franquista de la figura del intelectual vasco. Luis García Jambrina y Manuel Menchón han escrito un buen ensayo en el que se lanzan muchas preguntas y se plantean muchos interrogantes, pero desgraciadamente apenas encuentran respuestas y siguen quedando muchas dudas por resolver. Es verdad que muchas de las cuestiones que se plantean son de sentido común, igual que las posibles respuestas, pero lamentablemente faltan fuentes documentales que corroboren esas hipótesis que siempre se barajaron extraoficialmente pero que nunca se pudieron demostrar documentalmente.
El libro o contrarrelato, como lo califican sus propios autores, es ameno y fácil de leer, aunque lamentablemente muchas hipótesis se quedan en eso y no pueden aportar respuestas seguras a este tema que se ha recuperado en los últimos años y se ha puesto de moda a raíz de los estrenos en 2019 y 2020 respectivamente de la película Mientras dure la guerra, dirigida por Amenabar, y de la película documental Palabras para un fin del mundo, dirigida por Manuel Menchón, uno de los coautores de este libro.
Posiblemente la tesis apuntada en este libro sea la acertada, pues el sentido común y la lógica solo apuntan en esa dirección, pero desgraciadamente faltan muchas pruebas, hay demasiados testimonios contradictorios y, sobre todo, en su momento hubo muchos intereses políticos para que la verdad no saliera a la luz y solo se diera veracidad a la versión oficial de los sublevados. En cualquier caso, una lectura agradable y recomendable para todos aquellos interesados en la figura de Don Manuel de Unamuno.
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