Valencia, 1968. Dos mujeres, un hombre, una ambición común y el futuro de una niña se combinan en una historia de traiciones, negocios, y guerras personales en la España de los años sesenta.
Verónica ha dinamitado el matrimonio entre Elena y Carlos. Elena Lamarc planta cara a la vida con una fuerza arrolladora. Tras sorprender a su marido en la cama con Verónica, ha decidido tragarse las lágrimas y ser fuerte. Derrumbarse no entra en sus planes: su empresa de moda infantil y su hija Lucía la necesitan más que nunca. De ella, y solo de ella, depende el futuro de la niña.
Las dos mujeres son conscientes de qu
Por muy difíciles que sean las cosas, Elena lucha contra una sociedad embalsamada, desafía los valores tradicionales y se opone a un destino que parece inevitable. En su vida hay muchas guerras y debe ganarlas todas. Con los últimos años del franquismo como telón de fondo, Las guerras de Elena es una obra de intriga social que refleja de forma magistral las pasiones eternas del ser humano.
Buena novela y magnífica segunda parte de la trilogía iniciada con «El final del Ave Fénix». En esta ocasión asistimos a los acontecimientos que se suceden tras la infidelidad de Carlos y la decisión de Elena de poner fin a su matrimonio con él. Si en la reseña de la anterior comentaba que se resolvía de una forma quizá demasiado rápida y con un importante salto cronológico, en esta segunda entrega empezamos a conocer lo sucedido durante ese tiempo.
El estilo sigue siendo ameno, ágil y fácil de leer, la novela vuelve centrarse en sus personajes, pero en esta ocasión con un mayor protagonismo del contexto histórico que, ambientando la vida de los personajes, consigue que, en algunas partes del libro, la historia se convierta en una trama de intriga, que le da más aliciente todavía a la misma y consigue que el lector e enganche todavía más.
Aunque la autora comenta al final del libro que ha intentado que pueda leerse como una novela independiente, creo que eso es algo que en esta ocasión no ha terminado de conseguir. Si la primera parte sí puede ser leída como un libro único, con un final cerrado, la segunda novela requiere la lectura de la anterior para comprender muchas de las claves de la trama. En «Las guerras de Elena» además el final queda totalmente abierto y a espera del desenlace final en la tercera parte, que todavía no se ha publicado.
En mi opinión, el final vuelve a ser demasiado rápido y precipitado, lo que espero no se convierta en un defecto del estilo literario de Marta Querol, pero la novela vuelve ser muy recomendable y entretenida, con un argumento que muy bien podría convertirse en el guión de una serie o de una película.
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